Desde el momento que implementamos un hábito nuevo, se calcula que nos llevará aproximadamente entre 21 y 66 días incorporarlo totalmente y para hacerlo propongo utilizar una técnica que denominé Puntos Álgidos de Emoción, que consiste en encontrar el punto justo entre Esfuerzo y no Esfuerzo para poder así, sostener algo por determinada cantidad de tiempo haciendo que se produzca el apalancamiento emocional necesario. (El apalancamiento quiere decir que llegas a un punto tal donde dejar de hacer algo, te produce mayor incomodidad que el hecho de hacerlo). Esto depende pura y exclusivamente de la persona, o sea, al contactar con sus sentimientos puede percibir el tiempo estimado que puede mantener una actividad sin llegar a forzarse para realizarla y de esta forma adquirimos algo clave en la vida… Constancia. Y para darnos cuenta de esto, por supuesto, recurrimos a la Meditación.
Después pasamos a la segunda etapa, a la planificación. La planificación es como el Mapa del Tesoro. Una vez que ya sabes quién sos y qué es lo que la consciencia desea, comenzamos a planificar en el mundo de la forma la manera en la cual vamos a conseguir lo que anhelamos. Se planifica primero anotando los proyectos en general, inclusive utilizamos herramientas de visualización y decretos para poder llevar la atención hacia los pensamientos y emociones adecuadas.
Generalmente leer las metas es lo primero que hacemos en la mañana, aparte de una meditación en silencio. Luego se organizan las planificaciones por día, por semana, por meses y por años. Y todo esto se toma siempre como un juego, donde vamos disfrutando del camino, aprendiendo a incorporar hábitos nuevos que nos lleven hacia el lugar que queremos, y que nos ayuden a convertirnos en la persona que queremos ser.
La organización es fundamental en el mundo externo, y esto va a ayudar mucho a trabajar sobre los anclajes emocionales, que son inevitables al principio de cualquier cambio o modificación en el estilo de vida.