Es muy importante aprender a ponerse metas y son claves para experimentar entusiasmo pero al mismo tiempo es importante saber que no tienen la posibilidad de hacernos sentir completos. Pueden hacerlo… por un rato, y después la rueda del deseo vuelve a ponerse en marcha haciéndonos sentir que de nuevo, la plenitud puede llegar a estar en un futuro. Por eso es importante no caer en esta ilusión.
¿Qué quiere decir esto?
Que nada de lo que obtengas va a hacerte sentir realizado, la realización no necesita Tiempo , por eso hacemos tanto hincapié en encontrar nuestro propósito externo de vida, o sea nuestra vocación. ¿Por qué no queremos empezar a disfrutar la vida, cuando hayamos llegado a ese momento futuro tan esperado, sino más bien en el proceso mismo. El proceso es la Meta, ¿comprendes?
No necesitas tiempo para ser quien eres, no podemos obtener algo que ya somos, la plenitud que viene del Ser no es algo que hay que obtener o lograr, por que es lo que ya eres. Esto hace que inevitablemente miremos el Momento Presente y que comencemos a crear buscando disfrute en la acción y no en el resultado de la acción.
¿Esto quiere decir que no hay que tener metas? ¿Que no hay que tener proyectos? ¡Por supuesto que sí!
Es algo absolutamente normal y natural en los seres humanos tener proyectos y metas pero sabiendo que el disfrute que buscamos está en la acción en sí misma y no en la conclusión de dicha meta.
Tener esto en claro es muy importante, porque puede hacer que cambiemos absolutamente nuestros proyectos.
¿Qué es lo que quieres realmente? Si no ponemos orden interno, vamos a tomar decisiones y acciones que nos van a llevar a conseguir cosas que no queremos. Por eso es muy importante conocerse a sí mismo, investigar, meditar, leer y con esa base comenzar a construir en el mundo externo. Pero, desde adentro hacia afuera, primero descubrimos quienes somos y luego comenzamos a crear y a convertirnos en verdaderos artistas de la vida siguiendo los deseos del Ser.